martes, 26 de febrero de 2008

EVOLUCION DE LA HERALDICA

Se propone, improbable lector, la visita a esta página, http://www.cattoliciromani.com/forum/showthread.php/stemmi_dei_vescovi_delle_diocesi-2860.html, en la que se exponen someramente escudos episcopales de obispos católicos. La mayoría de los escudos proceden, dado que la página es italiana, de escritores de los antiguos reinos y estados soberanos que hoy son Italia. No obstante hay una buena colección de escudos episcopales de otros países. Sobre todo de Estados Unidos. Se trata de un verdadero armorial: Es decir de una relación nominal y gráfica de escudos. Sin entrar en más disquisiciones sobre el blasonamiento de los mismos, la idoneidad de su elección o los motivos que llevaron al poseedor de cada escudo a escoger esas armas.Esto da pie a una reflexión. Breve pero pretendidamente reveladora de la evolución de la heráldica. De la evolución de la transmisión de esta ciencia.

La heráldica representó una novedad, en el primer tercio del siglo XII, aceptada y practicada casi de forma simultanea en todo el occidente europeo.
Efectivamente, y a pesar de la insistencia de varios autores, la heráldica de nuestra cristiandad occidental, no procede del contacto, durante las cruzadas, con las costumbres orientales. Parece demostrado por varios autores, entre los que hay que citar al insigne heraldista don Faustino Menéndez Pidal, que la heráldica nació espontáneamente en el área considerada clásica, la zona anglo-francesa, convirtiéndose en una moda de contagio virulento en toda la cristiandad.
Esta moda, inicialmente, solo durante unos años, fue propia de caballeros, con el ánimo de ser reconocidos a través de su señal armera. Pero en pocos años, se descubrió el valor ornamental de los emblemas heráldicos y se extendió con rapidez desconocida a todas las capas sociales. A todas. De esta forma, en la región formada por los reinos que hoy son España, se comenzó a ornamentar todo tipo de utensilios con las armas del poseedor. La decoración aquí, en estos reinos, se basaba sobre todo en la repetición. En diversos monumentos, sobre todo funerarios de esta etapa, en los que reposan personajes ilustres, se puede comprobar como, el valor ornamental imperante, era la repetición de las armas del poseedor. En estos reinos de España, el escudo suponía la acepción familiar. Es decir, toda la familia comenzó a portar las mismas armas. Y así los más diversos utensilios, ropas, lo más variado de los usos y costumbres, se vio adornado con los escudos de familia del poseedor. Desde esta situación, trascurrido un tiempo, se comenzó a considerar el valor ornamental de la heráldica desde el punto de vista de la colección de escudos: Del armorial, como la página cuya visita se ha propuesto al comienzo de esas líneas. Y así surgieron extraordinarios exponentes de lo que hoy consideramos joyas heráldicas: El armorial de Gelre, el libro de la cofradía de Santiago de la Fuente o el armorial de Urfé. En esta página puede observar algunas de aquellas joyas: http://www.heraldique-europeenne.org/Armoriaux/Gelre/Index_General.htm. Añadir que a un armorial inglés, el armorial Segar, el Segar´s roll of arms, se debe la existencia del actual escudo de Galicia. Y esto ocurrió porque el autor del armorial, dibujó un cáliz para dar unas armas a un rey del que había oído hablar, el rey de Galicia. Y dibujó para él unas armas parlantes: Calice, en inglés, significa cáliz. Después y durante siglos, la heráldica cayó en una decadencia absoluta. Desde mediados del siglo XX y hasta hoy parece recuperarse en buena medida esta ciencia. Hoy el campo heráldico es más amplio. Aborda sobre todo investigaciones de carácter histórico, determinando a quien pertenece un escudo cualquiera hallado en, por ejemplo, una tumba en una iglesia de un pueblo castellano.Otra corriente muy atractiva, busca determinar cuales fueron los motivos que condujeron en el pasado o han conducido en la actualidad a un personaje, a optar por unas armas cualesquiera… De esta forma se ha alcanzado un nivel científico que se tenía olvidado en los últimos siglos.Y de esta forma se mantiene viva no solo la heráldica en tanto adopción de armas por personajes vivos, sino también en tanto mantenimiento científico de una ciencia auxiliar de la historia.