miércoles, 6 de mayo de 2009

EL ESCUDO DE CASTILLA

Hoy se desea traer a su memoria, improbable lector, una antigua entrada sobre las armas de Castilla.Alfonso VIII fue el primer rey que dispuso sobre sus armas defensivas, es decir, que tomó por armas, un escudo rojo en el que se representaba un gran castillo de color amarillo. El emblema elegido lo que pretendía era diferenciarse del reino, primero de su tío Fernando II y luego de su primo Alfonso IX que, como reyes de León, traían también un solo mueble que llenaba el campo del escudo. Y al igual que en las armas del reino vecino, del que se había separado Castilla tras la primera unificación, se buscaba un solo mueble que fuera parlante. Es sabido que fue el propio rey Alfonso VIII el que eligió el diseño de sus armas ¿y los esmaltes? Siguiendo al profesor Julio González González, en su obra La vida en Castilla en tiempos del rey Alfonso VIII, Madrid 1954, CSIC- Instituto Salazar y Castro, los esmaltes son copia de los que había traído su amada esposa, doña Leonor de Inglaterra, Leonor Plantagenet, a la que la actual infanta, hija de los príncipes de Asturias probablemente debe su nombre. Mujer hermosa y cabal. Perteneciente a una familia que dio a la historia personajes casi legendarios: Su padre, el rey Enrique II de Inglaterra; su madre, la reina doña Leonor, primero esposa del rey de Francia a quien dio dos hijas, y esposa después del rey de Inglaterra, a quien dio, además de a su hija Leonor y otros hijos menos conocidos, al rey Ricardo corazón de león y al rey Juan sin tierra.

Los esmaltes del campo y los muebles son los mismos en ambos reinos: Castilla e Inglaterra. Cuando en 1169 el rey conoció a la que sería su esposa traía ésta las armas que le correspondían por herencia, bordadas en su vestido rojo. Aquel encuentro desembocó en una vida de felicidad compartida entre ambos esposos y la familia que criaron. A pesar de tener hasta quince embarazos datados, a los reyes don Alfonso VIII y doña Leonor, solo sobrevivió un varón de corta edad, el rey Enrique I, que murió de una pedrada en la cabeza siendo aun niño, mientras jugaba con otros chicos. Anteriormente había fallecido, en Madrid, el infante don Fernando, de veintiún años, en 1211, tres años antes de morir el rey Alfonso y la reina doña Leonor. Sí sobrevivieron a los reyes sus hijas: Doña Berenguela I, esposa, con matrimonio posteriormente anulado por consanguinidad, del rey Alfonso IX de León, su tío; doña Leonor, esposa del rey Jaime I de Aragón; doña Urraca, esposa del rey Alfonso II de Portugal; doña Blanca, esposa del rey Luís VIII de Francia, y madre del rey san Luis de los franceses; doña Mafalda y doña Constanza, abadesa del convento de las Huelgas reales. Las armas de Castilla, que con tanto acierto había creado el rey Alfonso VIII, las usaron pues como tales, sin diferenciar, los reyes: Alfonso VIII, su hijo Enrique I y su hija Berenguela I. El hijo y heredero de la reina doña Berenguela nunca debió traer por armas las de Castilla en tanto que correspondían a su linaje materno. Sin embargo, todavía hoy el primer cuartel, el más importante del escudo nacional y del escudo del rey, es el de Castilla. Y es que la expansión del castillo fue realmente excepcional si se tiene en cuenta que sus hijas, las infantas relatadas más arriba, tomaron por armas las de su padre, pero sin poder trasmitirlas.
En el escudo de Portugal todavía hoy se ven los castillos que en homenaje a su madre añadió en bordura al escudo real el rey de Portugal don Alfonso III, nieto del rey Alfonso VIII. En Aragón, el infante Alfonso, durante un tiempo, añadió al escudo de los palos, bordura sembrada de escudetes con castillos.

En Francia, el hijo del rey Luís VIII, don Alfonso de Poitiers, partió sus armas de Francia, el sembrado de lises, con un sembrado de castillos. Y es necesario llamar su atención, improbable lector, sobre la santa capilla de París, que creó el rey san Luís IX de Francia, nieto también de Alfonso VIII de Castilla, para albergar la corona de espinas de Jesucristo que trajo de Tierra Santa, en la que asombra el recreo visual de la decoración entera de la capilla basada en el sembrado de lises de oro en campo de azur y de castillos de Castilla de oro en campo de gules. Es digno también de ser reseñado que el nombre del rey Alfonso lo portaron sus nietos, los futuros reyes o sus hermanos infantes en media Europa pocos años después. Parece evidente que a consecuencia de la admiración que su persona dejó en la memoria de sus hijas, las reinas consortes de los reinos reseñados.

Y para terminar este tedioso y con aspiraciones a sesudo artículo analizaremos, improbable lector, qué ocurrió en este reino de Castilla con el castillo. Doña Berenguela, al morir su hermano pequeño el rey Enrique I, heredó el trono de Castilla. Como tal fue jurada y abdicó de inmediato en su hijo Fernando, el que sería Fernando III el santo ¿Qué ocurría con el escudo de este rey? Realmente es un caso curioso en la historia heráldica de la Europa medieval: Al acceder al trono castellano en 1217, solo tres años después de morir sus abuelos maternos, su reino era Castilla, pero sus armas, en tanto que hijo del rey de León, eran el león de púrpura. Así, el rey portó desde 1217 hasta 1230 un escudo que, sobre campo de plata, disponía el león púrpura que también portaba su padre, Alfonso IX, el rey leonés, pero siendo rey de Castilla.En las monedas de aquella etapa se daba la circunstancia de que en una cara se representaba el castillo de castilla como símbolo territorial y en la otra cara se dibujaba al rey a caballo con sus armas familiares, el león de púrpura. Esta circunstancia extraña, el rey portando un escudo con armas diferentes a las de su reino, solo se da en toda la Europa medieval en otro reino, Aragón, con la cruz de Alcoraz, que se tomó por escudo del reino, diferente del propio del rey, los palos de Aragón. Años después el rey aragonés daría sus armas al reino.

Pero la circunstancia heráldica excepcional del rey de Castilla se solucionó al heredar Fernando III, en 1230, el reino de León y crear el nuevo escudo cuartelado de los dos reinos. Parece que no fue el propio rey don Fernando quien diseñó las nuevas armas sino algún funcionario de su administración. Realmente, el cuartelado de Castilla y León debe considerarse como unas nuevas armas. Se trata de un diseño nuevo para representar dos reinos en un solo escudo ocupando cada reino superficies iguales. Por otro lado, es un cuartelado teóricamente mal diseñado en tanto que las armas paternas ocupan el segundo y tercer cuartel mientras que el primero y el cuarto, el lugar reservado para las armas paternas, representan las armas de la madre. Esta disposición, ocupando Castilla el primer cuartel y León el segundo, no ha variado desde aquella fecha, 1230, en la historia de estos reinos que hoy son España.