lunes, 15 de junio de 2009

RESPUESTA AL EDITORIAL DE ATAVIS

Como no podía ser de otra forma, responde al ataque sufrido nuestro amigo don José Luis Sampedro Escolar, insigne nobiliarista y autor de renombrados y conocidos libros como Las joyas de las reinas de España, La casa de Alba o el más reciente, y extraordinario, Dinastías de traición.

Se transcribe literal de su propia defensa:

UN ANÓNIMO COBARDE
Por
José Luis Sampedro Escolar



Se difunde en Internet un a modo de revista titulado Atavis et armis que, en su número 18 (junio de 2009) procura injuriar a quien estas líneas firma. Ante todo, he de agradecer aparecer mencionado en tales términos en esa publicación, pues queda así patente que no participo de sus planteamientos, pero, como vierte mentiras varias, he de corregirlas. Dice el cobarde autor anónimo que he sido “acérrimo defensor” de los Orleáns como Jefes de la Casa Real de Francia. Lo cual es mentira y exijo que se aporte un solo testimonio de mi autoría en ese sentido.

Igualmente son figuraciones del cobarde anónimo el que haya “negado” la condición de Altezas Reales o que haya comentado “positivamente” el matrimonio del Príncipe Bagratión de Mujrani. Si el cobarde anónimo no sabe leer correctamente, es un problema suyo, pero que enloda a los autores de los textos que glosa equívocamente.

Miente otra vez el cobarde autor anónimo al decir que José Luis Sampedro Escolar usa “frecuentemente” la cruz de Santa Ana de Rusia sin poseerla legítimamente. Solamente ha exhibido públicamente la insignia de esa orden en una ocasión (por tanto, es falso decir que “frecuentemente”) en un acto carnavalesco celebrado hace muchos años en el alcázar de Segovia, en “honor” a la presencia en él, en lugar muy destacado, de un personaje que se autotitulaba “Volodar de Ukrania” y decía ser nieto de la Gran Duquesa María Nikolaievna de Rusia, asesinada, soltera y sin descendencia, en 1918, como sabe toda la comunidad culta de historiadores. Las órdenes imperiales rusas, extinguidas legalmente en aquel momento, podían servir de atrezzo en un acto de tales características. Para saber la fecha exacta del evento pueden preguntar a José María Montells y Galán, quien en una ocasión ya antigua me advirtió que podría difundir las fotografías que de mi persona tenía luciendo la insignia rusa, a lo que le contesté por escrito que no me importaba que lo hiciese.

Que una revista como la comentada tilde de “cotilleos nobiliarios” obras como “La casa de Alba” o “Dinastías de traición” (ambas publicadas bajo la firma auténtica de José Luis Sampedro Escolar en La Esfera de los Libros, no como cobardes anónimos) no deja de ser paradójico y, como decía al principio de estas líneas, halagüeño. En cuanto a atribuirme “evidentes plagios” o lo acompaña de una sentencia judicial expresa que me condene por tal o es, además de mentira, un delito de injurias.

En definitiva, muchas gracias, porque “lo importante es que hablen de uno, aunque sea bien”.