miércoles, 28 de octubre de 2009

TÍTULO DE PRÍNCIPE

Escribe las líneas que siguen don Cristobal Jesús Chacon del Valle para solicitar información sobre los títulos de príncipe:

Me gustaría saber qué tratamiento tienen los príncipes no reales (el actual duque de Medina-Sidonia por ejemplo, es príncipe de Montalbán y de Paternó) ¿Cuales son los meritos para ser nombrado príncipe no real en vez de otra dignidad (duque, marqués u otro título) y cuantos príncipes no reales hay ahora mismo en España? Gracias.Comentando el asunto con don José Luis Sampedro Escolar, se ofreció a remitir unas palabras. Son las que siguen.No todos los miembros dinastas de Familias reales son Príncipes: en España y Portugal, son Infantes, por ejemplo.Tampoco toda persona que ostenta la dignidad de príncipe es Persona Real y en varios países europeos tenían una categoría similar a los duques o a los marqueses. Así, por ejemplo, en Rusia (Orlov, Yussupov,Gagarin,...), Alemania (Bismarck, Büllow), Austria (Metternich) o diferentes títulos de lo que hoy es Italia (Lancelloti, Pignatelli, Borghese, Orsini) junto a la Santa Sede (Civitella Cesi).

No se puede generalizar respecto al tratamiento que les corresponda. Citemos que en España se han reconocido como títulos españoles algunos de príncipe otorgados por nuestros monarcas en momentos en que ejercían soberanía en territorios italianos; unos se han transformado en duques, y recibirían, por ello, tratamiento de Excelencia; otros se consideran marqueses, y habría que distinguir en este supuesto si llevan aparejada la Grandeza, en cuyo caso también serían Excelentísimos señores y, de no ser así, les correspondería el tratamiento de Ilustrísimo señor.

En ese blog ya se ha hablado de los títulos de
príncipe de la Paz, creado para Godoy, y de príncipe de Vergara, otorgado al general Espartero, además de la dignidad de príncipe de la Mar, título que usó don Juan José de Austria.Por último, los Cardenales de la SRI son considerados en el protocolo internacional como miembros de casa soberana o príncipes de la Iglesia y su tratamiento es de Eminencia Reverendísima.