sábado, 11 de abril de 2009

LAS ARMAS DE LOS HERALDISTAS III

Continuando la serie iniciada recientemente, relativa a los heraldistas, genealogistas y nobiliaristas de los que hemos tenido la suerte de conocer sus armas hoy se propone lo siguiente:

Las armas de don Fernando de Alós y Merry del Val, autor de diferentes libros sobre temas relacionados con las ciencias heroicas. Las armas de los Alós son en campo de plata oso pasante de sable, surmontado de vuelo de azur puesto en faja.Las armas del maestro Pier Felice degli Uberti, noble italiano de Casale Monferrato. Fundador, en 1995, de la escuela de ciencias genealógicas, heráldicas y de documentación, con sede en Bolonia, ligada a la Escuela de Genealogía Heráldica y Nobiliaria del Instituto Salazar y Castro de Madrid. Trae por armas un elegante jaquelado de azur y oro.Por último se proponen las armas de don Ampelio Alonso de Cadenas y López, hidalgo, autor del libro que todo aficionado a nuestras ciencias debe poseer en su biblioteca e ir renovando, el Elenco de grandezas y títulos del reino y de la obra complementaria de aquella: Blasonario de la consaguinidad ibérica, de diferentes ediciones. Don Ampelio trae por armas un partido de las armas de los Alonso con las de los de Cadenas. Armas, éstas últimas, que conocemos a través del escudo del rey de armas don Vicente de Cadenas y Vicent.

viernes, 10 de abril de 2009

VIERNES SANTO

Hoy, viernes santo, no se propone entrada.

Solo se recuerdan las armas atribuidas a Jesús, con los instrumentos de su pasión y las de su madre, María Santísima, con un corazón de gules que, hoy, atravesó una espada de dolor (Lc, II, 34-35):

jueves, 9 de abril de 2009

JUEVES SANTO: LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO

Tal día como hoy, hace alrededor de mil novecientos ochenta años, un hombre se preparaba para morir.

Aquel hombre cogió en sus manos el pan sin levadura que se usaba en la cena en recuerdo de la liberación de la esclavitud. Pronunció la bendición ritual y añadió estas palabras: Mirad cómo parto este pan. Mirad cómo lo reparto. Mirad cómo lo entrego sin reservas a los demás. Pues eso soy yo. Esa es mi esencia, mi cuerpo, mi ser: Entrega total a los demás.

Al poco cogió la copa común que contenía el vino y se dirigió a ellos con estas exigentes palabras: Y ahora comprended lo que hago. Bebed todos de la copa, todos. Tú también, Judas, todos por favor. Esta copa es mi sangre. Ya sabéis lo que para nuestro pueblo significa la sangre. La vida. Recordad pues que esta ha sido mi vida. Al igual que la copa de la que todos bebéis, mi vida ha sido una entrega a todos. Mi vida ha sido darme a los demás hasta consumirme yo mismo.

Este gesto que acabo de hacer quiero que lo repitáis, cuando yo ya no esté, para acordaros de mí.

CAPELLANES CASTRENSES Y DE CORTE

Hoy, jueves santo, se desea proponer la figura de algún sacerdote de los varios que escriben con asiduidad a la dirección de correo de este blog. Envía un atento mensaje un sacerdote español perteneciente al arzobispado castrense, don Miguel Ángel García y Arteaga.

Aporta en su correo una nueva idea que no conocíamos sobre el ingenioso y antiguo sistema eclesiástico de determinación de la categoría en la jerarquía de la Iglesia que se explicó recientemente. Estas son sus palabras:Estimado Señor:

Soy capellán castrense. Quería hacer una pequeña aportación a su interesante blog de heráldica. Según el "Tratado de heráldica eclesiástica en relación con la Iglesia española" de don Fernando del Arco García (pág. 103) "... los capellanes castrenses y de la corte tienen derecho al uso del sombrero pero con los cordones y borlas entrelazados de negro e hilos de oro."


Tengo escudo desde hace años, pero desconocía el detalle del que le informo. Por eso, aprovechando un hermoso diseño de sombrero eclesiástico del padre Guy Selvester, lo he adaptado para timbrar mi escudo. Espero que le resulte interesante. Saludos.

Miguel Ángel García Arteaga.

Se añaden las elegantes armas que asumió don Miguel Ángel, timbradas con el capelo con borlas negras con hilo de oro que ha tenido la deferencia de remitirnos:Armas que se podrían blasonar como: En campo de plata, aspa encajada y cuartelada de sable y gules del uno al otro. Resaltado un sable alto de sable. Sobre el todo, en abismo, cruz ensanchada de azur, fileteada de oro, cargada de una estrella de plata de cinco puntas, con los siguientes anagramas, de plata, en sus brazos: QSD, en el brazo superior. F, en el brazo siniestro. 1996 en el brazo inferior e I en el brazo diestro de la cruz.

miércoles, 8 de abril de 2009

ARMAS DE LA FAMILIA REAL INGLESA II

Dando continuidad a la entrada que se propuso en su día sobre las armas que el envidiable colegio heráldico de Inglaterra ha otorgado a los diferentes miembros de la familia real, hoy se proponen algunos apuntes sobre las armas que han adoptado otros miembros de aquella real familia.Las armas adoptadas por el príncipe Andrés, duque de York, que añade al lambel de plata, distintivo en aquel reino de los hijos del soberano, un ancla de azur, muy acorde a su vocación militar desarrollada en la armada.

Las armas de la princesa Ana de Inglaterra, carga el lambel de plata con un corazón de gules y dos cruces de san Jorge, sinificativas del reino inglés.

Las armas del príncipe Eduardo. Añade al lambel de plata la rosa Tudor, de tan queridas resonancias en aquella casa real.

Las armas de la princesa Margarita, condesa de Snowdon, hermana de la soberana, con lambel de plata cargado con el cardo escocés de púrpura y hojado de sinople y de dos rosas de la dinastía Tudor.

Las armas del príncipe Enrique, segundogénito del príncipe de Gales, brisando con lambel de cinco pendientes que carga con tres veneras de gules en recuerdo de las armas de su difunta madre.

Las armas de la princesa Beatriz, hija del príncipe Andrés, duque de York, que añade a sus armas lambel de plata de cinco pendientes cargado con tres abejas de oro, fajadas de sable, en contra de las leyes de la heráldica, en recuerdo, al igual que su primo hermano el príncipe Guillermo, de las armas de su madre.

Las armas de la princesa Eugenia, segunda hija del príncipe Andrés, duque de York, que añade a sus armas lambel de plata cargado de tres cardos de púrpura hojados de sinople, propios de la dinastía escocesa.

martes, 7 de abril de 2009

ARMAS DE AUTONOMÍAS I

Hoy se propone a su consideración, improbable lector, un curioso escudo que hemos encontrado en la red. Se trata de un escudo nacional al que se han añadido en bordura las armas de las diecisiete autonomías y las de las dos ciudades autómas.Este escudo nos servirá para repasar las no siempre acertadas armas regionales de España. Hoy se repasarán las siguientes:

Las armas del principado de Asturias. Representan la cruz de la victoria del rey don Pelayo que hoy adorna el ojo principal del antiguo puente de Cangas de Onís.Las armas de Galicia. Creadas como armas atribuidas en el Segar´s roll a un inexistente rey de Galicia, y que paradójicamente serían posteriormente adoptadas por la región.

Las armas de las provincias vascongadas. A estas armas se añade indebidamente hoy, por parte del gobierno regional de aquellas tierras, un cuarto cuartel, valga la aliteración, con las armas del rey de Navarra. El motivo se funda en un extremado deseo expansionista muy del tono de la teoría del espacio vital que en Alemania reivindicó el nazismo.

Las armas del principado de Cataluña. Los palos que trajera don Ramón Berenguer IV, príncipe soberano de Cataluña, al casar con la que sería la reina doña Petronila de Aragón.

Las armas de Andalucía. Se trascribe el curioso blasonamiento que hemos encontrado sobre estas no muy acertadas armas: En campo de azur, dos columnas de oro rodeadas de una cinta de gules con la leyenda non plus en la diestra y ultra en la siniestra en letras de oro, resaltadas de dos leones en su color, echados, aculados y resaltados a su vez de un Hércules de pie, al natural, vestido de piel de león y asiendo con sus manos las guedejas de los leones. Saliendo de columna a columna en arco la leyenda Dominator Hercules Fundator en letras de oro.

Las armas de Cantabria. Un curioso y moderno escudo. Se trata de un cortado que representa en un abigarrado primer cuartel la toma de la ciudad de Sevilla a los moros por parte de navegantes cántabros. Tal acto heroico se llevó a cabo rompiendo las cadenas que defendían el puerto de la ciudad tras remontar el río Guadalquivir desde el mar. La torre de oro alude al conocido monumento homónimo símbolo de la ciudad andaluza. Las dos cabezas nimbadas hacen referencia a dos santos regionales, Celedonio y Emeterio, bajo cuyo patronazgo se encuentra la región entera.

El segundo cuartel hace alusión a uno de los discos de piedra que las tribus prerromanas que habitaban la zona usaban como parte del culto al sol.


En posteriores entradas se repasará la heráldica del resto de regiones que conforman España.

lunes, 6 de abril de 2009

CONCEPTOS HERÁLDICOS IV: LA BRISURA EN LA CASA REAL

Se habló recientemente de los escudos que se atribuyen, porque no existe certeza sobre el asunto, a los miembros de lo que en el reino de Inglaterra se denominaría lista civil, aquí familia real.
Comprobará, improbable lector, que las armas que se atribuyen a las infantas hijas de don Juan de Borbón o a las infantas hijas del actual monarca, felizmente reinante, don Juan Carlos I, son el escudo nacional-real cargado de un lambel.

Las armas atribuidas a la infanta doña Elena:Las armas atribuidas a la infanta doña Cristina:Las armas atribuidas a la infanta doña Pilar:Las armas atribuidas a la infanta doña Margarita:Es decir, como ya se expuso en varias ocasiones en este espacio, solo el rey de España trae por armas, obviando los adornos exteriores, las del reino de España. Y solo él debe ostentar esas armas. El propio heredero de la jefatura del reino, el príncipe de Asturias, añade a sus armas brisura, un lambel de azur, para evitar la coincidencia heráldica. Cuando se dicto la norma que otorgaba al príncipe sus actuales armas, recordará, improbable lector, que se alzaron voces, voces del todo doctas, negando la conveniencia de las mismas. El reparo a las armas que se otorgaron al heredero del reino se basaba en el argumento de considerar que los adornos exteriores al escudo eran de suficiente entidad como para evitar la necesidad de brisar las armas del príncipe. Se proponía, consecuentemente con ese argumento, que fuera solamente la corona, con su número de diademas, la que determinara la diferencia entre armas del príncipe y del rey y reino.Ese argumento carecía de validez, a nuestro juicio, toda vez que los adornos exteriores al escudo son eso, adornos. Y como tales adornos, superfluos, no esenciales. Siguiendo esa dirección argumental, si el príncipe de Asturias no brisara sus armas con un lambel de azur, un escudo de madera que adornara su bodega de palacio, costumbre ornamental tan española y desgraciadamente tan perdida, no sería en nada diferente de las armas del rey y del reino. Y solo aquel que representa al estado, al reino, como jefe del mismo, como rey, debe ostentar sus armas plenas.Así, hemos tenido ocasión de escuchar recientemente que las infantas de España deberían usar como armas las de su padre, el rey, sin brisura alguna. Esta idea no nos parece acertada por lo expuesto hasta aquí.

El lambel blanco que algún artista añadió a las armas de las infantas fue acertado y de evidente buen criterio. El recurso a cargar en cada uno de los pendientes del lambel, muebles relacionados con los títulos que recibieron al contraer matrimonio, nos parece igualmente conveniente y necesario para distinguir las armas de unas infantas de las de otras.

El extraño argumento reseñado que establece que las infantas no debieran añadir brisura a sus armas, usando las del rey y reino, en tanto que solo ellas las usarán, no pudiendo transmitirlas a su descendencia al preferir la heráldica las armas del padre a las de la madre en la transmisión armera, es nulo, toda vez que si existieran infantes, varones, sí transmitirían las armas plenas de España.Concluimos la aburrida exposición de hoy reiterando la bondad del sistema de brisuras de la casa real española que fija que los hijos de rey deben añadir a sus armas lambel para diferenciar sus armas de las del reino.Se añade por último que la brisura, tan necesaria en la casa real, es inexistente prácticamente fuera de ese ámbito regio.

Así, nuestra heráldica gentilicia, al contrario que la de otros reinos como el inglés, no brisa las armas sino que, al contrario, las mantiene inalteradas entre todos los miembros de la familia con el ánimo cierto de poseer una marca común, un dibujo heráldico compartido por todos, y solo por, los miembros de la familia.

domingo, 5 de abril de 2009

LAS ARMAS DE LOS HERALDISTAS II

Continuando con la anterior entrada en la que se trataba sobre las armas que han asumido o heredado algunos de los más reconocidos heraldistas que habitan este mundo nuestro de la heráldica y demás ciencias heroicas hoy se añaden las que siguen:

El escudo de don José Luís Sampedro Escolar, hidalgo, maestro de heraldistas y genealogistas. Se trata de las armas del linaje Sampedro, en azur dos llaves, de plata, puestas en aspa, situadas en un escusón en abismo, sobre el escudo del antiquísimo solar de Tejada. Organización ésta que agrupa a los descendientes del rey don Ramiro de Asturias. La pertenencia a tan ilustre solar es considerada, desde tiempos del rey de Castilla don Enrique IV, como prueba indubitable de nobleza.

Las armas heredadas por don Manuel Fuertes de Gilbert y Rojo, eminente nobiliarista, coautor del Caballeros del siglo XXI, libro de referencia por excelencia, caballero de la orden soberana de Malta, como barón de Gavín. Un antiquísimo escudo que representa en campo de gules dos abarcas de oro, pareadas. Se trata de las armas parlantes escogidas por el primer poseedor de la merced, un Abarca descendiente de la casa real de Navarra.

Las armas del mismo don Manuel Fuertes de Gilbert, como descendiente principal del linaje que conforma su primer apellido. Se trata de la unión, en el siglo XVIII, de las dos familias, Fuertes y Gilbert, dando lugar a un complejo cuartelado.

En relación con ambos escudos de armas, el tomo correspondiente a los años 1991 a 1993 del Blasonario de la consanguinidad ibérica del cronista-rey de armas de Cadenas, establece que se trata de escudos registrados ante la autoridad de un rey de armas.

Se añade el escudo diseñado por don Carlos Navarro Gazapo para el barón de Gavín:Para terminar, las armas del eminente nobiliarista, coautor con el anterior del Caballeros del siglo XXI, don Fernando García-Mercadal y García-Loygorri, hidalgo del Real cuerpo de la nobleza de Madrid.Se trata de un partido: Primero: Una garza de sable con el pecho picado de gules en campo de plata, partido a su vez con seis cuervos de sable puestos en dos palos, en campo cosido, también de plata. Segundo: Dos hachas de oro enfrentadas, sobre un campo de azur.