martes, 6 de diciembre de 2011

EN TORNO A LA CONSTITUCIÓN DE 1978

Hoy la nación entera celebra el aniversario de la aprobación por referéndum de la constitución, marco normativo en el que se desarrolla nuestra vida democrática.

Pero hoy se desea llamar su atención, improbable lector, sobre otro momento crucial en el proceso de normalización de la vida política de estos reinos: el refrendo real a la decisión adoptada por el pueblo. Firma regia que se materializó el veintisiete de diciembre de 1978.
La imagen anterior, tan conocida por todos, recoge el momento en el que el rey estampa su rúbrica sobre el primer ejemplar de la constitución.
Fotografía que permite distinguir, escoltando al monarca, las figuras de otros tres insignes militares: El teniente general Valenzuela, I marqués de Valenzuela de Tahuarda, jefe del cuarto militar del rey; el general de brigada don Nicolás Cotoner y Cotoner, XXII marqués de Mondéjar, jefe del cuarto civil de la real casa; y el entonces capitán de fragata, que alcanzaría el empleo de Almirante, don Fernando Poole y Pérez-Pardo. Aunque casi no se advierte en la instantánea expuesta, tras ellos se encontraba un quinto militar, el teniente general don Sabino Fernández Campo, I conde de Latores, secretario general de la casa real.

Son cinco porque el rey, improbable lector, es militar.

El teniente general Valenzuela luce en la fotografía la venera de la Real maestranza de caballería de Zaragoza, de la que fue miembro desde su juventud, además de caballero de la orden de Santiago.
Corporaciones a las que había pertenecido igualmente su padre, el teniente coronel Valenzuela, que falleció heroicamente durante las operaciones del norte de África en 1923.
El título que ostentaba, marqués de Tahuarda, le fue otorgado en recuerdo de la memoria de su padre, haciéndose acreedor él mismo de la grandeza de España que le confirió el rey don Juan Carlos en 1983.
Es recordado por su heroica actitud ante el atentado con artefacto explosivo que sufrió en 1981 en Madrid en el que, con heridas de gravedad, inició la persecución de los maleantes que habían asesinado a los otros tres ocupantes del vehículo atacado.
El general de brigada Cotoner, que en la fotografía expuesta lucía sobre su guerrera de etiqueta la cruz de caballero de honor y devoción de la Soberana orden de Malta, además de la medalla militar individual, era XXII marqués de Mondéjar, XXIII conde de Tendillo, VII marqués de Ariany y grande de España. Sus armas fueron las siguientes, en campo de oro, una planta de algodón de sinople, con cinco flores de plata.
Desde el año 1955 fue preceptor del entonces joven príncipe de España, además de su profesor de equitación. Don Juan Carlos llegó a manifestar que lo consideraba su padre adoptivo.
Amigo del almirante don Juan, conde de Barcelona, sirvió en buena medida como persona de contacto entre padre e hijo durante los delicados momentos dinásticos posteriores a la muerte del general Franco, anterior jefe del Estado.
Siendo poseedor de varios títulos y grande de España, su vida de leal servicio a España y al rey fue recompensada con el ingreso en la orden del Toisón de oro en 1987.
Del almirante Poole, capitán de fragata en la instantánea hoy propuesta, se han expuesto en este tedioso blog algunos datos relativos a las armas que para él diseñó el III marqués de la Floresta, don Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, como cronista de armas de Castilla y León. Diseño heráldico que refrendó el actual monarca con su rúbrica.
Para concluir, apuntar que el teniente general don Sabino Fernández Campo, que se encontraba en el momento del refrendo real tras los militares reseñados, fue agraciado con un título con grandeza aneja y con unas elegantes armas, diseñadas por el marqués de la Floresta, confirmadas con la real rúbrica.